La
copla es más que un poema musicado. La copla es una genialidad
que en tres minutos nos cuenta una historia completa, un relato rebosante de
tormentas humanas; lamentos del alma, suspiros del corazón, desventuras,
amarguras, dolor y muerte. Crónica de amores pasionales, celos enfermizos,
intereses egoístas, ilusiones rotas, y promesas incumplidas. Pasiones
inolvidables, amores eternos y sentimientos celestiales.
Antonio
Burgos la define así:
“No es canción, se llama copla
y cabe dentro la vida,
que la copla es el querer
que
se llama Andalucía.”
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Miguel
de Molina, malagueño nacido en 1908 es uno de los más grandes cantantes de la
copla desde 1931.
En
1942 se ve obligado a exiliarse a Argentina, no por causas políticas, sino por
su condición de homosexual y por la atracción que ejercía sobre un personaje
importante de la época y que Miguel de Molina no correspondía. Presionado desde
España hubo de abandonar Argentina y exiliarse en México, hasta que Eva Perón le ofrece su ayuda y
regresa a Argentina donde residió hasta su muerte en el año 1993.
Hoy
se le recuerda no solo por su altura artística sino también por su grandeza
humana, su coherencia, su integridad y su generosidad.
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